Fotografiar a niños pequeños con una sonrisa genuina no es tarea fácil, por lo que aquí te presentamos cuatro consejos que puedes poner en práctica para lograr que se queden tranquilos, mientras miran el lente de la cámara.
UN LUGAR CÓMODO
Cuando se trata de fotografiar a niños que apenas están empezando caminar; resulta de suma importancia las características del lugar o el escenario, por lo debes elegir un sitio donde el infante pueda sentarse tranquilo, cómodo y muy entretenido; agregando algunos artículos ingeniosos como unos caballitos de madera, triciclos, taburetes o bancos para lograr una perfecta sesión de fotos.
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Una de las alternativas más efectivas para que cualquier un niño se quede tranquilo durante una sesión fotográfica es dándole un elemento para que sostenga entre sus manos; pueden ser frutas, productos con sabores o un llamativo juguete. Espera unos minutos para que juegue con él; mientras el fotógrafo espera alerta a que el pequeño comparta su alegría.
QUE SE VEAN A SÍ MISMOS DENTRO DE LA CÁMARA
Una idea muy ingeniosa es mostrarle al niño la parte posterior de la cámara y decirle que lo tienes dentro de la pantalla de la cámara; verás que inmediatamente se siente más interesado y es probable que empiece a mirar el lente cada vez que lo enfoques, permitiéndose fotografiar de una manera más tranquila.
JUGAR AL IMITADOR
Es una opción para niños mayores de tres años ya que son capaces de entender cómo imitar a una persona, con algunos gestos y expresiones. Deja que pruebe con varias poses divertidas, donde alguien se involucre y luego decirle que copie de su actitud; también aprovecha para pedirle que se siente o se acueste con una postura simple, que él mismo pueda hacer sin mucho esfuerzo.