La comunión es el segundo momento más importante en la vida de todo católico. Si tu hijo se está preparando para recibir el cuerpo de Cristo y deseas hacer un agasajo por tan significativo paso, enfócate en los elementos más emblemáticos de la comunión: las uvas y el trigo. Pon en práctica los siguientes consejos para que realices un brunch muy campestre.
ESTILO RÚSTICO
Puedes realizar la recepción en un espacio cerrado como un garaje muy amplio o un granero bien arreglado. Coloca una o varias mesas con manteles blancos, para los centros de mesas; utiliza lindos jarros con margaritas y agrégale algún toque morado para representar el color de las uvas. Sujeta globos con helio en las sillas para darle alegría al lugar.
FLORES LLAMATIVAS
Sitúa arreglos florales en la mesa de los postres, para darle una sensación de frescura a todo el ambiente. Las mejores opciones son las calas blancas, margaritas (blancas y amarillas) o cualquier tipo de flores silvestres que le den vida al lugar.
DIVINAS TENTACIONES
Ten preparada una mesa de postres para luego del brunch, así todos los invitados podrán tomar su dulce favorito. Puedes ofrecer desde pastillas de chocolate y almendras hasta gomitas caseras. Coloca frascos de vidrio con adornos alusivos a la comunión que simbolicen la hostia o la cruz.
Asegúrate de que la variedad de dulces y galletas que brindes combinen con los colores del agasajo; galletas con imágenes de cáliz y uvas, cakepops y macarrones franceses en tonos morados y lilas. Los cupcakes e incluso las botellas de agua y sorbetes (pajillas) pueden llevar el nombre del niño para darle un toque más personalizado.
SOUVENIRS
Entrega lindos obsequios en envolturas rústicas. Agrégale las típicas espigas e imágenes de la hostia, además de cintas moradas. Ésta es la mejor manera de agradecerle a los presentes por haber asistido a tan importante etapa en la vida de tu pequeño.
