La Primera Comunión es uno de los siete sacramentos de iniciación a la vida cristiana, por lo que no debe finalizar sin un encuentro familiar. Siguiendo nuestros consejos puedes crear una fiesta muy especial para tu hija, que permita sorprender y agradar a los invitados con una decoración en oro elegante inspirada en la sagrada eucaristía.
DECORACIÓN EN ORO ELEGANTE
Lograr una decoración sobria combinando tonos claros con dorado hace que tu celebración se vea glamorosa, independientemente de que elijas un jardín o salón para el agasajo. Lo ideal para esta ocasión es utilizar el color blanco y tonos pasteles como celeste, menta o rosa combinados con caprichosos elementos en dorado que simbolizan al pan de la Eucaristía.
Decora con globos o arreglos florales muy frescos la mesa principal y los centros de mesa de los invitados. Añade algunos marcos metálicos con mensajes bíblicos, palomitas blancas y algunos banderines o cadenetas.
Una buena iluminación va de la mano con la decoración de este festejo, así que para que tus familiares queden deslumbrados es importante que el salón tenga grandes ventanales donde se pueda apreciar la luz solar; aportando un toque radiante y celestial.
GLORIOSO PASTEL
Los pasteles de primera comunión son de líneas simples, con un blanco perfecto y sin muchos detalles; por lo que un sublime listón dorado, varias flores de glaseado y un cáliz serán los elementos suficientes para su embellecimiento.
MENÚ DIVINO
La ceremonia de eucarística, conlleva a una reunión familiar en donde básicamente se ofrece un gran banquete. Este catering debe contar con un menú para los adultos y otro para los niños. Una opción ideal es ofrecer una merienda o una serie de aperitivos. Pero lo que no debe faltar son los clásicos dulces y golosinas que a todos les fascina como: unos cups cackes, crujientes galletas decoradas, tartaletas y varias barras de chocolates con empaques personalizados con el motivo de la celebración.
