Complacer a los invitados durante la boda es fundamental para que los presentes puedan disfrutar de la ceremonia. Uno de los aspectos que debes tener en cuenta para lograrlo es la entrega de souvenir o detalles al finalizar la fiesta. En el siguiente artículo, te mostraremos los obsequios más originales y exclusivos que puedes entregar.
LOS MEJORES DULCES
No hay mejor obsequio que un buen dulce para degustar. Esta es una opción perfecta para complacer a tus invitados al terminar la ceremonia. Pero el postre que vayas a entregar debe ser exclusivo, es decir, debe ser de calidad, de buena repostería o también puedes regalar un dulce que provenga de una receta familiar que enamore a todos.
PACKAGING DE LUJO
El Packaging es muy frecuente como recuerdo de bodas. Sin embargo, si quieres impactar con este obsequio debe ser uno muy original y de gustos auténticos. Por ejemplo, pequeños envases de vidrio decorados de una forma campestre o vintage son perfectos para entregar esencias deshidratadas para preparar los mejores tés.
DE TU PROPIA MANO
Si tienes algún hobby como el cultivo de la miel es genial que aproveches este pasatiempo para entregarles a los invitados una muestra de su majestuoso trabajo como pareja. Sorprenderás a todos, lo único de lo que tienes que preocuparte es de hacer una buena representación para entregarlas. También funciona con otros productos, como dulces que hagan ustedes mismos o frutas.
PLANTAS PECULIARES
Todos son amantes de una buena planta para ambientar el hogar. Lo ideal es que entregues especies peculiares como cactus enanos, suculentas y aquellas de menor tamaño. Puedes colocarlas en una maceta decorada de una forma personalizada para cada invitado, ya verás que estarán complacidos con este souvenir.
PARA TOMAR NOTA
Si quieres innovar con un recuerdo poco común para los invitados, esta opción es perfecta para ti. Se trata de un conjunto de utensilios para papelería. Por ejemplo, una libreta para agarrar notas, un post inspirado en la temática de la boda y una hoja decorativa para cartas.
Fuente:
Vogue